
Un viaje a Ecuador y las Islas Galápagos con niños es, sin duda, una gran aventura si se parte desde Alemania, considerando que el vuelo internacional dura alrededor de 15 horas. Como nuestros hijos, de 4 años y 10 meses, son bastante tranquilos, decidimos intentarlo… ¡y definitivamente no nos arrepentimos! Visitamos Quito, la hermosa capital, con su centro histórico colonial declarado Patrimonio de la Humanidad y magníficos parques donde los niños pudieron jugar y disfrutar.
A los niños les encantó el bosque nublado, y Nico, el mayor, quedó fascinado con la gran cantidad de mariposas. Aprendió incluso a alimentarlas con trozos de plátano, lo cual fue una experiencia inolvidable para él.

Tamia, nuestra pequeña hija, disfrutó enormemente de los baños termales de Papallacta; le encantaba sentarse en el agua caliente. Y no se quejó demasiado cuando tuvimos que ponerle un chaleco salvavidas para llegar en canoa a nuestro lodge en la Amazonía.

El exuberante paisaje verde de la selva tropical, con sus muchos habitantes —grandes y pequeños—, resultaba sumamente relajante al observarlo desde una hamaca en el balcón. Nico aprendió a usar los binoculares y, al poco tiempo, ya podía distinguir entre los brillantes tangaras azules y los caciques negros y amarillos.
islas galápagos
El punto culminante de nuestro viaje, sin lugar a dudas, fue la visita a las Islas Galápagos. Si usted se pregunta si hacer un recorrido por las Galápagos con niños es una buena idea, solo puedo aconsejarle que lo pruebe por sí mismo. ¡Vale completamente la pena! Nico estaba tremendamente emocionado cuando llegamos al aeropuerto de San Cristóbal y no podía esperar para empezar a buscar animales. Como había visto imágenes en un libro sobre las Islas Galápagos, ya sabía que allí encontraría lobos marinos, pelícanos, fragatas, iguanas, piqueros de patas azules y muchos otros animales por descubrir.

Comenzamos nuestra estancia en las islas en el Hotel Opuntia, ubicado directamente en el malecón de Puerto Baquerizo Moreno. Incluso simplemente caminando por el malecón, pudimos ver numerosos lobos marinos, cangrejos Sally Lightfoot de un rojo intenso, iguanas marinas, un pelícano pardo y nuestro primer piquero de patas azules. En el agua también había muchísimos peces.
Los lobos marinos eran, sin duda, los reyes del malecón. Estaban por todas partes, acostados tranquilamente, y en ocasiones llegaban incluso a ahuyentar a las personas al otro lado del paseo peatonal con su fuerte y aterrador rugido. Esto siempre le causaba mucha gracia a Nico, quien disfrutaba viendo cómo la gente saltaba del susto cuando se acercaban demasiado a uno de estos lobos marinos descansando justo en medio del camino.
Nico, por su parte, fue siempre muy cuidadoso de no acercarse más de los 2 metros (6,5 pies) permitidos. Y tenía buenos motivos para ello, ya que muchos de los lobos marinos eran enormes y fácilmente tan altos como él.
Tamia disfrutó especialmente de la arena suave y del clima agradable. La parte terrestre de nuestro recorrido fue una excelente introducción a las Islas Galápagos, pero cuando subimos al crucero Santa Cruz, una aventura aún mayor estaba por comenzar.
En resumen, todos quedamos absolutamente fascinados por la enorme cantidad de animales de todo tipo que nos esperaban en las islas San Cristóbal, Española, Santa Fe y South Plazas.
Los recorridos por los senderos tomaban bastante tiempo, ya que nos deteníamos constantemente para observar grandes grupos de lagartijas, piqueros de patas azules que nos mostraban su ritual de apareamiento o incluso cuidaban un huevo colocado directamente sobre el sendero.
A Nico le encantó el polluelo de albatros —enorme, esponjoso, gris y no precisamente bonito— que no se parecía en nada a sus elegantes y majestuosos padres.

Entonces, ¿las Galápagos con niños? Solo puedo recomendarlo. Estoy seguro de que sus hijos lo apreciarán profundamente si les brinda la oportunidad de vivir uno de los encuentros más asombrosos con la naturaleza que ofrece este planeta.
Los animales no muestran señales de miedo, y uno tiene la sensación de que son ellos quienes deciden quién puede entrar en su mundo.
Las tortugas gigantes fueron, sin duda, el momento cumbre de nuestro viaje, y estoy convencido de que Nico jamás olvidará las impresiones que vivió allí.
Un viaje a las Islas Galápagos con niños será, sin duda, una experiencia inolvidable para toda la familia. En nuestro caso, sin embargo, tendremos que volver algún día para que Tamia también pueda recordar esta maravillosa aventura. ¡Sin duda, algo que toda la familia puede esperar con ilusión!
Hemos recopilado información práctica sobre cómo viajar a Ecuador y las Islas Galápagos con niños. Le invitamos a consultar nuestro Tour Galápagos para Niños y nuestro Tour Ecuador para Niños.. Para información general y consejos prácticos sobre cómo viajar a las Islas Galápagos, puede consultar nuestra página. Galapagos Travel Tips .