
El 9 de octubre de 2020 se celebraron 200 años de la independencia de la ciudad portuaria ecuatoriana de Guayaquil. Una buena ocasión para echar un vistazo más de cerca a la perla del océano Pacífico, como llaman a la ciudad los lugareños. El diario ecuatoriano El Comercio ha dedicado un número especial al aniversario de la independencia, y en una de sus páginas* se compara muy vívidamente en imágenes el antiguo paisaje urbano con el actual.

Camino a la independencia de Guayaquil
Hacia finales del siglo XVIII, al igual que en gran parte del continente americano, en Ecuador las revoluciones contra las potencias coloniales y la idea de la independencia comenzaron a tomar formas cada vez más definidas.
El periodista, militar y político José Antepara, nacido en Guayaquil, había vivido durante un tiempo en Europa, donde entabló amistad con grandes personalidades que compartían la idea de la independencia de los pueblos americanos respecto de la corona española.
En 1814, regresó a Guayaquil y entabló amistad con personas afines a sus ideales, como José de Villamil y José Joaquín de Olmedo.
Tres soldados venezolanos que habían sido expulsados del Batallón Numancia en Perú por sus actividades revolucionarias debían ser enviados de regreso a Venezuela. El barco que los transportaría tuvo que hacer una escala en Guayaquil durante varias semanas. Durante ese tiempo, los soldados se reunieron con importantes figuras locales que promovían la idea de liberar a la provincia de Guayaquil del dominio español.
Villamil y Antepara organizaron un baile para el 1 de octubre de 1820, el cual sirvió como fachada para una reunión conspirativa. A este evento fueron invitados numerosos simpatizantes de la revolución, entre ellos José Olmedo y los tres soldados venezolanos. Esa noche, los revolucionarios planearon ataques a varios cuarteles militares españoles.
Al principio, resultó difícil encontrar un líder revolucionario, ya que varios compañeros de armas rechazaron el cargo por distintas razones. Finalmente, León de Febres Cordero, uno de los tres oficiales militares venezolanos, asumió el liderazgo.
Siguieron algunos días de preparación y organización, y finalmente, gracias a maniobras estratégicas, al apoyo de oficiales españoles que desertaron —y que estaban al mando de escuadrones completos—, así como a incursiones bien coordinadas, fue posible derrocar a las autoridades. Así, en la mañana del 9 de octubre de 1820, Guayaquil logró su independencia. Hasta el día de hoy, el 9 de octubre es una fiesta nacional en Ecuador.
Lugares a visitar en Guayaquil
Aunque Guayaquil suele ser sólo una escala antes o después de un viaje a Galápagos o la última parada antes del vuelo de regreso, la ciudad cuenta con algunos monumentos y lugares interesantes que merece la pena visitar.
Malecon Simon Bolivar

De hecho, ofrece mucho tanto a los habitantes de la ciudad como a los visitantes. Quienes practican trote o running pueden salir a correr temprano en la mañana a lo largo del río, y los numerosos espacios verdes brindan oportunidades para realizar gimnasia y aeróbicos.
Los grandes árboles antiguos y las numerosas áreas ajardinadas, bellamente diseñadas, garantizan un ambiente agradable para pasear y caminar, incluso cuando el calor del día va en aumento.
El malecón conduce al visitante a lo largo de numerosos monumentos, memoriales y objetos artísticos como el monumento a Simón Bolívar y San Martín y el Monumento al agua. Hay muchos lugares donde comer y beber: hay zonas enteras de restaurantes, así como una gran variedad de puestos con aperitivos, bebidas y helados.
A lo largo del malecón se ubican varios centros comerciales con aire acondicionado que albergan boutiques, así como tiendas para las compras cotidianas.
Los niños también cuentan con múltiples opciones de entretenimiento, ya que hay numerosos parques infantiles, un vagón de tren histórico y todo tipo de otras atracciones.
Desde allí se puede disfrutar de la vista hacia la isla Santay —una reserva natural— y dejar que la suave brisa del Guayas acaricie su rostro.

Guayarte
Esta zona artística y gastronómica, ubicada al final del Parque Lineal en ambas riberas del Estero Salado, fue inaugurada recién en 2018. Ofrece un espacio para que artistas de diversas disciplinas expongan y presenten sus proyectos y obras.
Se realizan conciertos al aire libre, hay enormes grafitis y diversas esculturas para admirar, y también se dispone de una sala independiente para presentaciones teatrales. Un puente en zigzag que cruza el Estero Salado complementa el entorno con un diseño artístico.
Guayarte es especialmente interesante al caer la noche, ya que las instalaciones de luces son verdaderas obras de arte. El clima templado de la noche invita a sentarse un momento con una bebida refrescante en una de las extravagantes mesas al aire libre y observar el colorido ir y venir del lugar.

Además de la cocina tradicional ecuatoriana, también se pueden encontrar bocadillos y platos de distintas partes del mundo, e incluso los vegetarianos cuentan con una oferta variada.
La mayoría de las estructuras que albergan restaurantes, bares, cafés y galerías están construidas con contenedores marítimos de tamaño mediano, algunos de ellos apilados unos sobre otros, lo que crea una construcción realmente interesante.
Parque Historico
El Parque Histórico, ubicado en la península de Samborondón dentro del río Guayas, es un pequeño mundo en sí mismo. El parque combina, entre otras cosas, un pequeño parque de fauna, una representación de un sector urbano del Guayaquil colonial, y funciona como un espacio de recreación y esparcimiento tanto para los habitantes de la ciudad como para los visitantes.
En total, el parque abarca una superficie de 8 hectáreas y está delimitado por el río en su lado occidental.
El sendero circular conduce primero a la zona del parque de fauna. Allí se encuentran especies originarias de los alrededores de Guayaquil, la mayoría de ellas en peligro de extinción. Estas especies fueron trasladadas al parque en colaboración con el Ministerio del Ambiente.
Para conservar el hábitat de los animales lo más fiel posible a su entorno natural, los caminos en esta sección se construyeron como pasarelas de madera elevadas sobre pilotes.

Luego se encuentra la zona de tradiciones. Aquí podrá obtener una visión del estilo de vida rural en la costa ecuatoriana durante el siglo XIX. Hay una casa de campo restaurada y una hacienda donde, en ocasiones, se presentan pequeñas obras teatrales.
En las áreas exteriores se han cultivado productos como caucho, cacao y tagua, con el propósito de mostrar el trabajo que realizaban los agricultores de la época.
En la zona urbano-arquitectónica se encuentran varios edificios coloniales originales, restaurados, que fueron trasladados desde su ubicación original durante la década de 1980 con el fin de asegurar su preservación.

Pregúntenos por excursiones individuales en Guayaquil y sus alrededores, ya que los alrededores tienen mucho que ofrecer, como la zona de Manglares Churute, y tampoco está lejos de varias hermosas ciudades playeras.