Uno de los sitios arqueológicos cerca de la ciudad de Quito, capital de Ecuador, son las Pirámides de Cochasquí, ubicadas a 3.100 metros sobre el nivel del mar. Desde el centro histórico, se tarda aproximadamente una hora y treinta minutos en automóvil por una carretera de primera clase. Desde el complejo arqueológico se tiene una visibilidad de 240 grados, que permite observar numerosos picos nevados y montañas de la Cordillera de los Andes en Ecuador.
El “Parque Arqueológico de Investigación Cochasquí” es una de las evidencias más importantes de la civilización preincaica en la provincia de Pichincha, y su patrón de asentamiento es diferente a los conocidos en Mesoamérica y los Andes.
Cochasquí cuenta con 15 pirámides, 21 túmulos funerarios, cuatro museos en el sitio, 83.9 hectáreas de área arqueológica preservada y atesora una serie de estudios históricos, arqueológicos, antropológicos, etnográficos y arquitectónicos, que representan la evidencia fiel de la cultura Quitu-Cara.
La cultura Quitu-Cara habitó una extensa región al norte, desde la costa hasta la Amazonía, y contó con una organización social muy bien desarrollada, así como con amplios conocimientos tecnológicos y científicos.
Según investigaciones, la cultura Quitu-Cara se remonta al período de integración prehistórica, entre 500 y 1500 años antes de Cristo. La fase Cochasquí I corresponde al período entre los años 950 y 1250, mientras que Cochasquí II abarca desde 1250 hasta 1550 después de Cristo.
En 1933, el arqueólogo alemán Max Uhle concluyó que las pirámides eran sitios ceremoniales y rituales, ya que en una de ellas se encontraron 556 cráneos.
En 1964, científicos alemanes de la Universidad de Bonn realizaron estudios y excavaciones en las pirámides y túmulos funerarios. Los resultados confirmaron que Cochasquí fue un sitio habitacional y un lugar destinado a rituales y ceremonias, ya que sobre las pirámides se construyeron habitaciones circulares (bohíos) para los gobernantes, con plataformas de arcilla conocidas como pisos de las viviendas.
Valentin Yurevitch, un astrónomo ruso, realizó estudios de arqueoastronomía en 1986 y, bajo el título “Posible significado astronómico”, afirmó que Cochasquí era un sitio ideal para observar las estrellas y constelaciones que influyen en la Tierra.
Actualmente, el parque cuenta con un museo arqueológico que exhibe piezas de cerámica, lítica y obsidiana, en una edificación construida con materiales tradicionales como cangahua, caña, paja de páramo, madera, entre otros. Además, dispone de dos museos etnográficos, un jardín etnobotánico y un museo educativo.
Según el idioma Tsafiqui, utilizado por el grupo étnico Tsáchila, Cochasquí significa “agua del frente del medio” y puede ser visitado durante todo el año. La fecha más importante es en marzo, cuando se celebra el Mushuk Nina o Año Nuevo Andino, que marca el inicio de la temporada de cosechas.
El Parque Arqueológico de Cochasquí puede ser visitado todos los días del año, sin interrupción, en horario de 08h30 a 16h00. A los visitantes se les proporciona guías especializados bilingües. El costo de entrada es de USD 3 para extranjeros, USD 1 para nacionales, USD 0.50 para estudiantes y USD 0.20 para niños y personas de la tercera edad. Además, el parque cuenta con un área para acampar, la cual requiere una reserva previa.
Muy cerca del Parque Arqueológico de Cochasquí, usted puede practicar senderismo en la Laguna de Mojanda, observar aves y visitar los hermosos cultivos de rosas en los jardines florales diseñados para los turistas.
Además, usted puede disfrutar de platos típicos como: choclo con queso y habas, colada de quinua, mashua, dulce de sambo, tortillas de maíz y bebidas como el chaguarmishque y el guarango, así como también de deliciosas galletas de chocolate y el dulce de mora conocido como arrope, en Cayambe.
