Cuando escuché que Mindo está ubicado en el bosque nuboso, no tenía idea de qué esperar, ya que sería mi primera visita a uno.
De hecho, se trata de un tipo de bosque tropical perenne que se encuentra a una altitud de entre 900 y 2,500 metros, con una flora y fauna extremadamente diversa.
Cómo llegar
Comenzamos nuestro viaje en la terminal de buses Ofelia, en el norte de Quito. Es muy fácil llegar hasta allí en transporte público y, apenas llegamos, compramos nuestros pasajes (3 dólares) y media hora después subimos al bus. El autobús era cómodo y espacioso, y el trayecto desde Quito duró solo dos horas.
Cuanto más nos acercábamos a Mindo, más emocionado me sentía, ya que el paisaje cambiaba de forma notable. Finalmente llegamos a este pequeño y hermoso pueblo, rodeado de colinas verde oscuro cubiertas de neblina y llenas de plantas tropicales, mariposas y encantadores colibríes.
A continuación, presentaré mis principales atractivos favoritos de mi fin de semana en Mindo.
Chocolate tour
Como verdaderos amantes del chocolate, no podíamos dejar de participar en el tour guiado de chocolate en El Quetzal, donde aprendimos sobre el proceso de producción del chocolate, desde el grano hasta la barra, incluyendo una degustación. El tour comienza cada hora, por lo que simplemente llegamos y nos inscribimos en el siguiente disponible.
Después de probar el fruto del cacao (que, sorprendentemente, a mí me sabe a lichi), vimos árboles de cacao y granos en diferentes etapas de secado y tostado.
Además, nos explicaron cómo estos granos se procesan para obtener distintos productos de cacao y, finalmente, la barra de chocolate. Luego llegamos a nuestra parte favorita del tour: ¡la degustación! Recibimos pequeños trozos de chocolate con distintos porcentajes de cacao y sabores.
Después nos sirvieron un plato con un pequeño trozo de brownie acompañado de una salsa de chocolate con 100% de cacao. Junto a este plato, nos ofrecieron una taza de té de cacao para beber.
En general, el tour fue muy interesante y el brownie tan delicado que tuvimos que regresar al día siguiente para disfrutar otro pedazo en su restaurante.
Caminata a la cascada
Cuando estás en Mindo, tienes muchas opciones de actividades: tubing, ciclismo de montaña, rafting, tirolesa, avistamiento de aves, visitar granjas de mariposas y jardines de orquídeas.
Pero nosotros decidimos aprovechar el día soleado para hacer una caminata a una cascada.
Puedes elegir entre varias cascadas pequeñas, a las que se llega rápidamente, o una más grande. Optamos por caminar una hora hasta la gran cascada llamada Reina.
Compartimos un taxi desde el pueblo hasta la tarabita (teleférico), aunque también se puede subir caminando. La tarabita cruza el vasto valle, lo cual es una experiencia increíble. Lamentablemente, no pude disfrutar completamente de la vista espectacular, ya que no soy muy fan de las alturas.
El otro lado del valle es el punto de partida para todas las caminatas a las cascadas.
Las condiciones eran ideales, con un clima soleado pero sin mucho calor gracias a la sombra del bosque.
La caminata fue bastante fácil, lo que nos permitió disfrutar realmente del paisaje.
Pasamos junto a una gran variedad de plantas tropicales y escuchamos el canto de las aves.
La cascada es realmente hermosa y aprovechamos para refrescarnos y tomar un refrigerio allí.
Creo que la caminata vale mucho la pena, pero en mi opinión, el camino para llegar fue un poco más impresionante que la cascada misma.
El pueblo mismo
Otro de mis grandes atractivos fue el pueblo mismo, pequeño y encantador.
Si busca un fin de semana relajante, ¡este es el lugar perfecto para usted!
La atmósfera es muy tranquila, la gente amable y está rodeado de majestuosas colinas verdes.
Pasamos los días sentados a la orilla del río, disfrutando de abundante comida deliciosa o recorriendo la impresionante variedad de joyería artesanal que se encuentra en la calle principal.
Encontramos un lugar pequeño y acogedor en la calle principal con música en vivo, donde pasamos las tardes y degustamos un poco de canelazo.
Acostarse con el sonido de un concierto de ranas y despertarse con el canto de las aves en una fresca y verde mañana: esa es la sensación que asocio con Mindo.
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