
Visita al museo Guayasamín
Si dispone de unas horas en Quito, le recomiendo visitar el Museo Guayasamín. Este museo se encuentra en el distrito de Bellavista, justo al pie del Parque Metropolitano. La ubicación en sí es impresionante, ya que desde aquí se disfruta de una vista magnífica de Quito y de las montañas opuestas.

Después de adquirir su boleto de entrada por $10, tendrá acceso a las tres secciones del área del museo. Este se compone de la residencia de Guayasamín, la Capilla del Hombre y un pequeño sitio arqueológico.
Todos los edificios fueron diseñados por el propio Guayasamín y construidos por su hermano, quien era arquitecto.
Dentro de la residencia, podrá obtener interesantes perspectivas sobre la vida y obra del famoso artista ecuatoriano a través de una visita guiada que dura aproximadamente una hora. Tuve la suerte de ser el único visitante, lo que me permitió hacer algunas preguntas, las cuales fueron respondidas de manera detallada y amena.
Guayasamín nació en 1919 como el mayor de diez hermanos y creció en condiciones muy humildes. Su padre, de ascendencia indígena, trabajaba como conductor de tractor, mientras que su madre, una mujer mestiza, atendía una pequeña tienda. Fue durante esta época que Guayasamín comenzó a pintar en sacos de arroz que habían sido abiertos y cosidos para convertirlos en lienzos improvisados. En sus primeras pinturas, algunas de las cuales se exhiben en su casa, se puede ver claramente la costura de estos sacos.
A pesar de las dificultades económicas, logró asistir a la academia de arte en Quito.
Después de graduarse de la universidad, presentó algunas de sus obras, que no se ajustaban en absoluto al ideal de la academia de arte, en una exposición en Guayaquil. En ese momento, Nelson Rockefeller, quien más tarde se convertiría en vicepresidente de los Estados Unidos, se encontraba en la ciudad y quedó tan impresionado por las obras que compró todas. Con el dinero que obtuvo, Guayasamín pudo viajar por los Estados Unidos durante seis meses, estudiando y admirando las obras de artistas que habían sido sus modelos a seguir, como El Greco, Goya y Picasso, en museos famosos.
Más tarde, viajó por varios países de América del Sur y, especialmente, percibió la pobreza y la opresión de la población indígena. Asimiló estas impresiones entre 1946 y 1952 en su primer ciclo de pinturas Huacayñán – «El Camino de las Lágrimas». Durante sus viajes por América Latina, también estableció estrechos contactos y amistades con políticos y artistas, principalmente de izquierda, como Fidel Castro, Salvador Allende, Pablo Neruda y Gabriel García Márquez, a quienes más tarde también retrató con frecuencia.
Residencia Guayasamín
La casa de Guayasamín se asemeja a un museo de arte e historia, ya que durante muchos años recopiló obras de arte y objetos históricos, o intercambió sus propias obras por las de otros artistas. Por ejemplo, se pueden observar la puerta de una hacienda española, diversas esculturas sacras y obras de Picasso.

Además de una colección de cerámica precolombina, en la casa también se encuentran dos considerables bibliotecas. Guayasamín también coleccionaba con la intención de dejar su colección al pueblo ecuatoriano después de su muerte.
A lo largo de la casa hay áreas de descanso y grandes mesas con sillas. La casa de Guayasamín era un lugar de encuentro habitual para fiestas, conciertos, recepciones y otros eventos. Guayasamín era un anfitrión generoso.
En la zona de estar, una acogedora y colorida área de descanso es particularmente llamativa. Aquí, me explicaron, Guayasamín “se recuperaba” después de trabajar en las obras de su segundo ciclo, la Edad de la Ira – “Age of Rage”. Estas pinturas reflejan el impacto de la Guerra Fría en América del Sur y los actos de violencia, guerras civiles y golpes de Estado que la acompañaron. También abordan las dos Guerras Mundiales y la guerra civil española. Las pinturas están mayormente en tonos de gris y ocre, con acentos en rojo, blanco y negro. A menudo se representan rostros gritando y extremidades óseas desmesuradas. Las obras son impactantes de manera sombría y estremecedora, y se puede entender perfectamente que el artista necesitara, a veces, un refugio agradable para descansar.

Después de visitar la zona de estar, me condujeron al estudio de Guayasamín, que parecía como si el pintor acabara de dejarlo. Pinturas, mezclas de pintura, pinceles, espátulas y paletas estaban sobre las mesas, como si pudieran ser utilizadas en cualquier momento. Además de los utensilios de pintura, también había una extensa colección de discos, ya que Guayasamín prefería pintar con música de fondo que coincidiera con el estado de ánimo de cada obra.
En un televisor se puede ver un video en el que el artista retrata al guitarrista de flamenco español Paco de Lucía. Esta pintura también se puede observar en el estudio.

Capilla del Hombre
La segunda parte del museo es la Capilla del Hombre – «Chapel of Man» – que alberga las obras de gran formato de Guayasamín. La Capilla fue un proyecto que Guayasamín comenzó en 1995 y estaba planeada como un centro cultural en honor a la humanidad, un lugar donde fuera posible reflexionar sobre el ser humano desde sus inicios hasta el presente.
En 2002, la Capilla fue inaugurada de manera solemne. Fidel Castro pronunció el discurso y estuvieron presentes numerosos políticos, artistas e intelectuales.
El propio Guayasamín no pudo presenciar la inauguración de su gran sueño; falleció de un infarto en los Estados Unidos en 1999.
La Capilla del Hombre fue declarada «Proyecto Prioritario para la Cultura» por la UNESCO y «Patrimonio Cultural del Ecuador» por el antiguo Congreso Nacional.

Sitio Arqueológico
Durante los trabajos de construcción de la Capilla del Hombre, se realizó un importante hallazgo arqueológico en el sitio, precisamente el día de la muerte de Guayasamín, el 10 de marzo de 1999. Se encontraron 13 tumbas de la época preincaica, que se estiman tienen alrededor de 1000 años de antigüedad. En las tumbas se hallaron diversas ofrendas, como vasijas de cerámica con restos de mazorcas de maíz, maíz carbonizado y varias semillas.
Los recipientes y los restos del hallazgo pueden verse actualmente en la pequeña exposición ubicada detrás de la Capilla del Hombre.
