
Los volcanes pueden ser amenazantes. Pero también pueden ser asombrosos, hermosos, únicos e impresionantes. Ecuador posee una de las mayores concentraciones de volcanes del mundo.
Especialmente en la llamada Avenida de los Volcanes, ubicada en la región andina del país, se encuentra una gran cantidad de estos gigantes naturales. La mayoría ya no está activa, pero algunos aún lo están.
Volcanes en Ecuador
La mayoría de los volcanes ecuatorianos son verdaderos atractivos para los montañistas. Cumbres como el Cotopaxi o el Cayambe atraen cada año a numerosos alpinistas de todo el mundo.
Sin embargo, estas experiencias no son para todos, especialmente si no se es experto en escalada o se es sensible a las altitudes elevadas.
¿Qué son las calderas?
Las calderas son, en su origen, volcanes. Pero -y ésta es la clave- ya no lo son. Hoy en día, la gente va en barca por los cráteres de los volcanes o hace senderismo por el borde del cráter. Pero, ¿cómo es posible? ¿Qué le ha pasado al volcán para que ya no haya lava que amenace a los visitantes?
Los volcanes expulsan lava y ceniza desde una cámara magmática. Un volcán se considera activo mientras esta cámara permanece llena de magma.
Cuando ocurre una erupción muy explosiva, es posible que toda la cámara se vacíe de golpe. Cuando esto sucede, es muy probable que la cámara magmática colapse.
Esto significa que una caldera es un tipo de cráter volcánico, pero mucho más grande que los cráteres comunes. Las calderas pueden tener un diámetro que va desde una hasta varias decenas de millas.
Probablemente el cráter más famoso formado de esta manera es el Lago Toba o el Caldera de Yellowstone, ubicada en los Estados Unidos.
Una de estas erupciones explosivas también ocurrió en el Ecuador, en varias ocasiones, aunque hace muchos años. Hace aproximadamente 3.100 años, el volcán Cotacachi entró en erupción por última vez, formando una caldera. Hoy en día, esta caldera es conocida como la Laguna de Cuicocha, ubicada a unas dos horas al norte de Quito. La caldera tiene unos 3 kilómetros (1,8 millas) de diámetro y está completamente llena de agua. Navegar en un pequeño bote sobre el lago, en medio de un volcán inactivo, es una experiencia realmente impresionante.
También es posible caminar alrededor de la caldera. Dar la vuelta completa al cráter toma varias horas, pero ofrece vistas espectaculares y contacto directo con la naturaleza.
Otra caldera que realmente vale la pena visitar en Ecuador es la Quilotoa. Está ubicada a unas tres horas al sur de Quito y, al igual que Cuicocha, merece absolutamente una visita.
La pendiente del cráter es un poco menos empinada que la de Cuicocha, por lo que es posible descender desde el borde hasta la laguna. Allí podrá disfrutar de vistas impresionantes en un entorno que quita el aliento, y comprobar por usted mismo que los volcanes también pueden ser sorprendentemente pintorescos por dentro.

¿Desea conocer más sobre los volcanes del Ecuador? Le invitamos a leer nuestro artículo en el blog: Volcanes en Ecuador. Allí encontrará información fascinante sobre estos gigantes naturales, su historia, y cómo puede visitarlos de forma segura y memorable.