Destinos turísticos seguros en Ecuador – parte 2
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Hace dos semanas, ya presentamos 5 destinos seguros en Ecuador. Hoy conocerás cinco lugares más, seguros e interesantes.
6. Isla de San Cristóbal
La isla de San Cristóbal es una joya del archipiélago de las Galápagos y se encuentra a 1.000 km de la costa de Ecuador. Se incorporó a Ecuador en 1832 bajo el gobierno de Juan José Flores. La capital, Puerto Baquerizo Moreno, es el corazón de la isla, que debe su nombre al descubridor de América y también se conoce como Chatham en inglés. Este paraíso volcánico, que forma parte de un grupo de 13 islas principales y 215 islotes, se caracteriza por su rica biodiversidad y sus paisajes volcánicos, que la convierten en una de las zonas volcánicas más activas del mundo.
Lo que hace único a este destino es la oportunidad de interactuar estrechamente con la diversa fauna, particularidad que ha llevado a muchos visitantes a llamarlo «paraíso» por su impresionante vida salvaje, exuberante vegetación, clima idílico y ambiente de paz y armonía. Las actividades aquí son variadas y van desde el submarinismo y el snorkel hasta el ciclismo y el senderismo, pasando por nadar en aguas tranquilas rodeadas de especies únicas.
Entre los lugares de interés destacan la Laguna del Junco y Galapaguera, hogar de tortugas gigantes, así como Puerto Chino. No menos importante es la finca El Trinar, donde los visitantes pueden degustar fruta local y café de la región y sumergirse en la cultura de los isleños.
El respeto por la naturaleza es fundamental en San Cristóbal. Nadar con leones marinos y observar aves como piqueros de patas azules, piqueros de patas rojas, fragatas y pinzones son experiencias que reflejan la rica biodiversidad del archipiélago. Un aspecto único de la isla es la presencia de agua dulce, que facilita quitarse la sal después de un chapuzón en el mar, un pequeño pero importante detalle que enriquece la experiencia del visitante.
La finca El Trinar, en el sector de El Chino, ofrece una experiencia única con su hospitalidad y la posibilidad de degustar frutas con sabores auténticos. Está dirigida por su propietario, Vicente Yépez. Por último, los visitantes de este destino deben seguir una regla de oro: Al caminar por los senderos, tenga cuidado de no pisar iguanas terrestres ni sus nidos, protegiendo así la frágil ecología de las islas.
7. Sucua
Sucúa, una joya escondida en la provincia sudoriental ecuatoriana de Morona Santiago, es la puerta de entrada al vibrante corazón del este de Ecuador. El trayecto de aproximadamente seis horas y media de Quito a Sucúa es una aventura en sí mismo y comienza en la pintoresca Avenida Panamericana Sur. La ruta, apodada la «Ruta de los Volcanes» y conocida oficialmente como la E35, serpentea a través de bellos paisajes hasta llegar a Guamote, donde un desvío claramente señalizado conduce a Macas. En esta carretera tenemos la oportunidad de admirar las Lagunas de Atillo, un complejo lacustre de extraordinaria belleza, ideal para una parada fotográfica obligatoria.
Al cruzar la imponente cordillera de los Andes, el paisaje cambia drásticamente, dejando atrás el frío y dándonos la bienvenida a un nuevo mundo de exuberante vegetación, frondosas plantas y una calidez a la vez climática y humana. Este es el preludio perfecto para el viaje a Sucúa, donde el parque central se presenta no sólo como un lugar de encuentro, sino también como un símbolo de la hospitalidad de los habitantes, que aquí ofrecen Wi-Fi gratuito, demostrando la perfecta combinación de tradición y modernidad.
Caminando por las calles de Sucúa, uno se enamora de su gente, sus tradiciones y la arquitectura de sus casas. La presencia de la comunidad shuar enriquece el tejido cultural de la ciudad y ofrece una visión única de la diversidad que caracteriza a esta región.
Para los que quieran quedarse y explorar más a fondo la zona, hay alojamientos en la zona de Sucúa como la Hostería Arrayan y Piedra, que ofrece no sólo comodidad sino también unas vistas impresionantes del río Upano (precio medio de 85 dólares por noche y habitación).
La gastronomía local, entre la que destaca el ayampaco, un plato ancestral cocinado en hojas de bijao, promete deleitar a los paladares más exigentes con sabores que captan la esencia del Amazonas.
Sucúa es un destino que invita a la aventura y al descubrimiento, con un abanico de actividades que incluye visitas a cascadas, baños naturales y la oportunidad de convivir con las comunidades locales. Para aprovechar al máximo todo lo que Sucúa puede ofrecer, es aconsejable planificar una estancia de al menos dos noches para que los visitantes puedan sumergirse en la belleza y la cultura de este extraordinario lugar.
8. Vilcabamba
Vilcabamba, en la provincia de Loja, es un destino que destila misterio y serenidad y al que a menudo se alude como el Valle Sagrado, el Valle de la Longevidad o incluso la Fuente de la Eterna Juventud. Situado a sólo 40 km de la capital provincial de Loja y cerca de la frontera sur con Perú, este lugar es un oasis de paz, bendecido con un clima suave de entre 18 y 20 grados centígrados, una biodiversidad impresionante y una comunidad acogedora.
Las actividades recomendadas incluyen una caminata por la montaña de Mandango, observación de aves, paseos a caballo o simplemente una agradable charla con los lugareños.
Una visita al corazón de la ciudad, un paseo por el parque central, admirar la iglesia y charlar con los lugareños revelan la esencia de este valle encantado. En mi última visita, tuve el placer de conocer a Ricarda Bejarano, propietaria de una tienda que vende productos únicos de Vilcabamba, como botellas de «Vilcagua», el agua embotellada local, y los tradicionales cigarrillos «Chamicos», elaborados con tabaco cultivado en la región. También me contó que los sábados en Vilcabamba tienen un encanto especial, ya que es el día en que los ancianos del pueblo se reúnen para hablar, compartir experiencias y ponerse al día, un hermoso testimonio de la comunidad y la tradición que impera aquí.
La vida en Vilcabamba gira en torno a la agricultura, actividad considerada sagrada por muchos de sus habitantes. Los fértiles suelos de la región permiten cultivar diversos productos, como café, plátanos, caña de azúcar, judías, maíz, aguacates y yuca. Quizá esta profunda conexión con la tierra y sus frutos sea el secreto de la notable longevidad de sus habitantes, muchos de los cuales viven más de 100 años. Pero quizá también sea otro secreto para estar siempre de buen humor, ya que era costumbre inventar versos, entre los que encontré éste:
«Quiero ser un pajarito. Con patitas de algodón. Para sentarme en tu pecho. Y robarte el corazón».
Aunque aún no he tenido la oportunidad de volver, Vilcabamba permanece viva en mi memoria, una caja de tesoros llena de experiencias y percepciones que atesoro. Este valle, con su mezcla única de tranquilidad, belleza natural y riqueza cultural, sigue siendo un recuerdo imborrable en mi corazón.
9. Otavalo
Otavalo, en la provincia de Imbabura, al norte de Quito, está a unas dos horas en coche de la capital. La ciudad es famosa por el mayor mercado artesanal de Latinoamérica. El sábado es el día fuerte del mercado. Comienza temprano por la mañana con el mercado de animales, donde cabras, vacas, caballos, llamas, cerdos y otros animales se exhiben en establos.
Tras el mercado de animales, se pasa a la animada Plaza de Ponchos, un espectáculo de color y creatividad. Aquí, los visitantes pueden adquirir una gran variedad de artesanías como textiles, ponchos de lana de oveja y alpaca, guantes, pantalones, alfombras, blusas bordadas, tapices, sombreros, bolsos, cinturones, chompas, artículos de cuero y pinturas de artistas locales. También hay camisetas, hamacas, mantas, bufandas, joyas de diversos metales, oro, plata y jade, así como diversos instrumentos musicales.
Quienes deseen explorar los alrededores pueden visitar las localidades cercanas de Peguche, Cotacachi, Chachimbiro y Cuicocha. Los que prefieran las actividades al aire libre pueden practicar senderismo o montar a caballo en los ranchos locales. En Atuntaqui, localidad conocida por su vibrante pasado textil que se remonta a 1924, cuando se fundó una de las primeras fábricas textiles, la fábrica Imbabura, también se puede comprar ropa interior para mujeres, hombres y niños.
Se recomienda alojarse al menos dos noches para aprovechar al máximo la experiencia. Hay más de 800 plazas hoteleras disponibles, desde hostales y hoteles hasta elegantes posadas y haciendas. Según la revista internacional Lonely Planet, Otavalo es uno de los mejores destinos de Latinoamérica.
10. Zamora
Zamora, en la provincia de Zamora Chinchipe, al sur del este de Ecuador, es una ciudad que me cautivó en mi primera visita, principalmente por la impresionante naturaleza que la rodea. Al acercarse al pueblo, uno de sus símbolos más llamativos, un enorme reloj, saluda a los visitantes desde lejos.
En la Avenida E45, la carretera de la Amazonia, se atraviesa una serie de pueblos, municipios y cantones en desarrollo. Afortunadamente, la mayor parte de la carretera está asfaltada. A lo largo del camino se cruzan numerosos puentes que ofrecen vistas espectaculares de ríos caudalosos y aguas cristalinas.
Zamora se encuentra a una altitud de 970 metros sobre el nivel del mar y goza de un clima subtropical. Uno de los alojamientos más destacados cerca de la ciudad es Copalinga, un conjunto de acogedoras cabañas de madera en la carretera que lleva al Parque Nacional de Podocarpus. Es un lugar ideal para relajarse y disfrutar del observatorio de aves, donde se pueden avistar colibríes y otras especies, lo que proporciona una conexión perfecta con la naturaleza.
La propia ciudad ofrece numerosos atractivos, como balnearios, complejos turísticos, cascadas y atracciones culturales de la comunidad indígena shuar. Visitar Zamora es una experiencia enriquecedora, no sólo por su belleza natural, sino también por la calidez y hospitalidad de sus gentes.
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